Lesiones por sobreuso en corredores y corredoras
Correr es una de las actividades deportivas más populares y es una forma efectiva de mejorar la salud, pero también está asociado con un alto riesgo de lesiones. Hasta el 50% de los corredores y corredoras regulares informan que tienen más de una lesión cada año. Algunas lesiones son causadas por un accidente, pero la mayoría son causadas por el uso excesivo.
¿Qué son las lesiones por sobreuso en corredores?
Una lesión por uso excesivo del sistema musculoesquelético es el resultado del efecto combinado de la fatiga durante un período de tiempo más allá de las capacidades de la estructura estresada.
Todas las estructuras biológicas, como músculos, tendones, ligamentos y huesos, se adaptan tanto positiva como negativamente al nivel de estrés que se les aplica.
La adaptación positiva se produce cuando las tensiones aplicadas se repiten por debajo de los límites mecánicos de una estructura y se proporcionan períodos de tiempo adecuados entre las aplicaciones de estrés.
La adaptación negativa ocurre cuando un esfuerzo se aplica más allá de los límites mecánicos, ya sea una vez, como en el caso de una lesión aguda, o repetidas veces, como ocurre con las lesiones por uso excesivo.
¿Cuáles son los factores de riesgo en este tipo de lesiones?
Los factores que influyen en este tipo de lesiones son múltiples y diversos. Existen unos factores intrínsecos, como son las variables anatómicas y biomecánicas de cada corredor o corredora, flexibilidad en los tejidos y fuerza muscular. También influyen los factores extrínsecos como son los errores en el entrenamiento (cambios repentinos en rutinas de entrenamiento, exceso de kilometraje e intensidad sin tiempo de recuperación…), mala técnica de carrera, dieta desequilibrada, calzado inadecuado y superficie de entrenamiento. Varios estudios clínicos han estimado que más del 60% de las lesiones por uso excesivo son resultado de variables relacionadas con el entrenamiento.
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes?
En éste tipo de deporte las lesiones por sobre uso se localizan, en la mayor parte de los casos, en los miembros inferiores (cadera, rodilla, pierna, tobillo y pie) siendo la rodilla la zona más comúnmente afectada, representando un 40 % de las lesiones según estudios realizados.
Las lesiones más frecuentes son: dolor patelofemoral, síndrome de estrés tibial, síndrome de fricción de la banda iliotibial, tendinopatía de Aquiles, tendinopatía del tibial posterior, fascitis plantar y las fracturas por estrés de los metatarsianos.
¿Cómo prevenirlas?
Como ya hemos indicado anteriormente, un entrenamiento adecuado es esencial para evitar estas lesiones, pero también lo es realizar una exploración biomecánica exhaustiva para evaluar el estado de la musculatura, identificar posibles asimetrías, valorar la movilidad articular, estudiar la pisada y analizar el patrón de carrera, así como realizar una historia clínica detallada de antecedentes lesivos, superficie de entrenamiento y calzado.
Cuando la lesión esta instaurada es importante analizar todos estos factores para llegar a un diagnóstico correcto así como valorar la necesidad de pruebas diagnósticas adicionales para posteriormente pautar el tratamiento indicado en cada lesión.